6.12.2008

Lentes

Terminaba de secarme las lágrimas que dejaron todas las fotos que mis ojos vieron. Imágenes de amores que se refugiaron en brazos ajenos, de lugares verdes que ahora son pasto quemado y río enjaulado; sin pájaros los dos, mis amores y los árboles.
Pero de lejos te veo con la turbia bruma del llanto a medias calmado. Sin enfocarte te admiro, a la distancia segura, para mi corazón de cristal y el debilitado marco. Seguro e inseguro. El principio de incertidumbre me llena y me cambia.
A lo mejor te acercaste curiosa, enfrascada y aislada por los reflejos, espejos de vidrio tonalizado. Vos también agazapada y temerosa. Así te imagino, en tu reflejo, mi vulnerabilidad y el frágil cristal, de tu pared y la mía. Pero en tus ojos me veo, me muevo.

Tan cerca ahora, la distancia desaparece sin darnos cuenta. El sol se despide y nos llena de luces quebradas y descomposiciones de blanca ilusión. Así quedamos.

6.08.2008

Namida


Cambia la vista, el pasto, el viento.
Cambia el tiempo y su medida.
Pasan hijos y padres, perros, palomas;
solo el sol es el mismo.

Río no es río, es espejo
y reflejo insano y vivo, rojo.
Sangre que se estanca,
arrebato y naturaleza esclava.

Humanos los parques y plazas...
...sin bosques ni lagunas.
Cemento, asfalto, vidrio, casas.
Y arroyos de café y grasa.

Está en cada individuo el sentido de la vista, el privilegio de una mirada y el derecho a observar. Pero cuando aprendemos a repetir las rutas y diálogos con rutinaria eficiencia; entonces todo es memoria y acción.
¿Qué es esa mancha en el sol, ese olor que abraza los pulmones? ¿Cómo el agua pierde su transparencia y los peces buscan el oxígeno del aire? Son preguntas que casi nadie se hace. Mejor no mirar, mejor seguir en la realidad y los problemas. Ese amor que no llega, ese cuerpo que no se deja, las cuentas, la casa, el auto, la mama, el seno, Dios, la carne, el campo, la soja.