Lentes
Terminaba de secarme las lágrimas que dejaron todas las fotos que mis ojos vieron. Imágenes de amores que se refugiaron en brazos ajenos, de lugares verdes que ahora son pasto quemado y río enjaulado; sin pájaros los dos, mis amores y los árboles.
Pero de lejos te veo con la turbia bruma del llanto a medias calmado. Sin enfocarte te admiro, a la distancia segura, para mi corazón de cristal y el debilitado marco. Seguro e inseguro. El principio de incertidumbre me llena y me cambia.
A lo mejor te acercaste curiosa, enfrascada y aislada por los reflejos, espejos de vidrio tonalizado. Vos también agazapada y temerosa. Así te imagino, en tu reflejo, mi vulnerabilidad y el frágil cristal, de tu pared y la mía. Pero en tus ojos me veo, me muevo.
Tan cerca ahora, la distancia desaparece sin darnos cuenta. El sol se despide y nos llena de luces quebradas y descomposiciones de blanca ilusión. Así quedamos.