6.25.2010

Tirarse a la Pileta

Acerca de «tirarse a la pileta»

Varias personas me han puesto en el camino de estas palabras. Pero esconden más que solo reinterpretar la idea de arriesgarse a una empresa donde las probabilidades de exito son, como bien, pocas. Es una perfecta metáfora de todos los ámbitos de riesgo a los que una persona masomenos (a)normal se somete durante los dias que dura una vida.

Y es así, que mientras estamos parados al borde de la piscina, podemos disernir con mucha precisión el nivel de las aguas y ya en perfecto conocimiento de nuestro peso (si es que no nos vivimos engañando con productos light, espejos de colores y máquinas que venden por tv) sumado al mágico 9.8 m/s2, saber que podemos o no, tirarnos de pecho, bala de cañon, clavado, etc. Sin embargo a medida que adoptamos una postura de riesgo, nos subimos a un trampolín más y más alto. Cuanto más dificil el asunto, más pedaños se añaden y uno termina llegando, cansado, a una plataforma que, por ejemplo en mi caso, se encuentra al menos a 267 metros por sobre la pileta. A esta altura tenemos un par de problemas:

  1. Si es de noche no podemos ver la ubicación del objetivo, a menos que el fondo este pintado con pintura fluorescente o iluminado de algún modo; en todo caso sería dificil determinar el nivel del agua.
  2. Si es de dia tenemos el mismo problema de saber el nivel del agua, sumado a la probable falla de percepción por efectos del calor o de la luz, al mejor estilo espejismo desertico. Bien puede no haber agua en absoluto, con la consecuente explosión corporal con diseminación de visceras, sangre y demás fluidos.
  3. El viento puede cambiar la trayectoria y llevarnos a navegar por espacios aereos custodiados por el ejercito, los cuales serán defendidos con ferviente patriotismo.
  4. Nunca falta el cagazo de saber que estamos jugadísimos con el tema y querer renunciar a todo.

Muy extraño es, que ante mi decisión casi suicida de seguir arriesgando a dar un salto por seguro mortal (porque para sobrevivir a semejante caida libre, mi pileta deberia ser más profunda que el río paraná medio en su segunda sección) mis amigos más cercanos me invitaron a la reflexión, izando la bandera de la razón y la lógica. ¡Qué verguenza! Años escuchando que dedicaba demasiado tiempo a pensar y poco a sentir de parte de esas personas, amigas, llenas de sentimientos, pasionales y emotivos. ¿Y ahora me saltan con que debo reflexionar sobre mis actos?

Soy un hombre enamorado, nada lógico parece funcionar. Saltar al vacio, esperando encontrar un mar profundo o nubes que me sostengan es la mejor (y la única) elección posible.

6.16.2010

Río

El agua se agita y calma, después.

Suspiro de viento, mueve, los árboles.
Y vos te vas hundiendo en mí,
la luz del sol y tus ojos
iluminan el río.

Nubes blancas se tocan al pasar,
sin penas se desahoga la lluvia.
Sin truenos en el cielo azul
las gotas caen sobre vos.
Y asi, llenas mi río.

Pasan las tormentas.
Pasan las estrellas.
Hoy

Coriente abajo, se va tu amor.
Los pájaros que cantan, usan tu voz.
Pero volveras con la creciente
que traera la luna nueva.
Y aqui, te esperaré en mi río.
Y aqui, te esperaré en tu río.

6.04.2010

Lo malo de jugar de a dos

Se me escapa el aire cada vez que alguién te nombra. El sol se esconde tras nubes que no estaban y el viento norte cambia al sudeste, helando las ramas de los árboles desnudos, congelando el vuelo de unos pocos zorzales que casi no cantan.
¿Dónde puedo encontrarte? ¿Cómo busco a ciegas el corazón que antes se encendia en incandescentes luces de colores y ardía con el aroma de la lluvia y el amanecer?
Muchos recuerdos me atrapan, me golpean y hacen que actue de formas ajenas, extrañas, repulsivas para mi. Y el espejo me devuelve miradas perplejas, carentes de sentido y conocimiento. ¿Quién sos? Me digo, y no se que responderme.
Los dias pasan, arrastrandose como tortugas, y una esperanza (estúpida, infantil) sigue flotando en ese mar insondable que nos separa. Soy muy niño para nadar, soy muy viejo para buscar otra balsa que me lleve a tierra. Ya no me quedan recuerdos de la infancia donde no estés y en el futuro solo hay bruma.
Pienso una manera de seguir, me gusta, le doy forma y ántes que el pampero se la lleve a otros lugares intento ponerla en un acorde. Pero mis manos son torpes y la deforman un poco, sigue estando, sigue brillando, en otro tono, más humilde. Es la última expresión que queda, plasmada en cartas, en música, en verso, de los amores que no volverán.
Ahora, guardada reposa, respira, se agita. Casi me ruega que la saque, teme que el tiempo se le acabe y la magia se pierda, segregada en el éter de un universo que se expande desde la primera explosión.
Sol, sol y estrella. Y una pequeña luna.