7.09.2011

Mañanas

Esquivando amores de papel, de vidrios esmerilados, te busco.

Entre espejos retrovisores, andenes apareces, me parece.

Sin parpadear estos ojos infinitamente negros.

A veces te encuentro en perfumes, en risas, en abrazos de otros.

A veces te encuentro en un batir de alas.


El bajo vuelo de una Calandria me deja caer

Aterrizo sobre tus hombros, ruedo espalda abajo

en un eterno mar de algodón y plumas.

Y al final, el sueño, en la curvatura de una cadera iluminada

por un sol oblicuo y una luna desvelada.


Mis amigos me ven llorar, ellos no saben.

Al despertar voy a saber que no estas,

y con palmadas, sin caricias, me va a faltar.

Tus manos al buscar monedas.

Tus manos que camuflan picardía.

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